En Talleres Mulhacén querían cambiar el concepto de taller de coches, nos invitaron a formar parte de su proyecto y nos fascinó la idea desde el principio.
Apostamos por espacio limpio con líneas sencillas sin perder de vista la dureza y la complejidad de la mecánica. Nos adentramos en su desguace donde encontramos piezas singulares y bellas con las que crear texturas. Camuflamos una pared de 12 metros con objetos residuales que habían tenido una función y cuyo futuro más próximo era ser transformadas en materia primas.
Los espacios de trabajo no se han separado visualmente unos de otros, permanecen conectados. Entendemos que cada espacio por el que pasa un automóvil es tan importante como el que deja atrás.
Una vez más el reciclaje se convierte en una de nuestras herramientas principales, ¿quién dijo que el reciclaje era vintage?